En este episodio de 'Los Hombres Sí Lloran', Juan Pablo Raba nos invita a una conversación con su terapeuta, María Antonieta Solórzano, para explorar temas relacionados con la salud mental masculina, los estigmas y estereotipos alrededor del patriarcado y las crisis de identidad. Este episodio rompe el formato habitual del podcast para ofrecer una charla íntima y esclarecedora entre terapeuta y paciente, donde se abordan temas profundos que afectan a los hombres en su vida personal y emocional.
Capítulos
Introducción al episodio atípico
Juan Pablo Raba introduce el episodio mencionando que será atípico debido a que conversará con su terapeuta, María Antonieta Solórzano, sobre la crisis de mediana edad que está atravesando. Aunque ya ha tenido otros terapeutas, María Antonieta ha sido fundamental en su actual proceso de autodescubrimiento.
Explorando el patriarcado
La conversación se centra en el concepto del patriarcado y cómo este ha influido históricamente en la percepción de la masculinidad y el rol de los hombres. María Antonieta explica que el patriarcado se originó como una respuesta a la necesidad de defender lo acumulado ante la escasez, estableciéndose roles de género rígidos basados en la fuerza y el control.
Actuar desde la empatía
Juan Pablo comparte su experiencia como actor al interpretar villanos, destacando cómo la empatía le permite no juzgar a sus personajes y así dotarlos de humanidad. Junto a María Antonieta, reflexionan sobre la atracción que sienten las personas hacia los villanos y cómo estos personajes reflejan heridas y realidades del mundo patriarcal.
Identidad y autoexploración
Se aborda la crisis de identidad que enfrentan muchos hombres de mediana edad al cuestionarse si la vida que llevan realmente les satisface. María Antonieta sugiere que estas crisis son un enfrentamiento del alma con la programación social, y exhorta a los hombres a reconocer y aceptar sus emociones como paso hacia la autocomprensión.
Herramientas para superar crisis
María Antonieta ofrece una herramienta fundamental: reconocer y hacer las paces con el miedo. Resalta que el miedo es una emoción natural y que al identificarlo y enfrentarlo, los hombres pueden comenzar a tener una verdadera voz sobre su propia vida, contribuyendo así al cambio personal y social.
Conclusión
Este episodio concluye con un llamado a la vulnerabilidad como fortaleza y la importancia de los hombres para explorar sus emociones y desarrollar la empatía y el autoamor. Celia, como patrocinador, brinda recursos para apoyar el bienestar emocional y la salud mental.
Menciones
Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a Celia, plataforma líder en Latinoamérica para el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal mientras yo navego por una crisis de mediana edad y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional. Junto a Celia, cada miércoles traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda. Los hombres si lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. Los Hombres y Lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. Por tratarse este episodio, tal vez de un episodio atípico, pues vamos a hacer también una pequeña presentación atípica dentro del formato que están acostumbrados a ver. Nuestra siguiente invitada en Los Hombres y Loran es María Antonieta Solórzano. Y digo que es un capítulo atípico porque María Antonieta es mi terapeuta, es actualmente mi terapeuta. He tenido otros terapeutas importantes en mi vida, pero María Antonieta es quien me ha acompañado y me está acompañando desde que de alguna forma entendí que estaba pasando por una crisis de la mediana edad. Es ella quien me ha ayudado a entender realmente cuál es la raíz de esta crisis, la que me da las herramientas para poderla navegar. Entonces, este episodio es una conversación entre una terapeuta y su paciente, en este caso yo. Es una conversación iniciada, porque además no tiene ningún tipo de introducción y por eso es que estamos hablando en este momento. Pero hablamos de cosas muy importantes. Entre ellas, tal vez la más importante de la que hablamos es del patriarcado, de cómo el patri cuando algo me ha llegado y me está haciendo pensar. Entonces también se van a encontrar con eso. Ella es una gran profesional, es una persona muy importante en mi vida en estos momentos. Ha sido una persona muy importante también en la vida de Monkey. De hecho, Monkey es quien me la presenta y a veces Monkey siente que ha sido un poco robada por mí. Pero bueno, tal vez es que Monkey muy amablemente, la verdad es que me la presentó y prestó en un momento en el que realmente la necesitaba mucho. Así que bueno, ya sin más, este es nuestro siguiente episodio de Los Hombres Sí Lloran. La fabulosa, magnífica, importantísima María Antonieta Solorzano. Óyeme, y entonces hacer hogar se te vuelve muy fácil. Sí, y rápido, por necesidad. Porque como sé que también me voy rápido. Claro, pero con necesidad de. Con necesidad de sentir hogar. Sentir hogar, sentirte arropado. Sentir que estoy en mi espacio y que no soy un espacio prestado. Ah, mira qué lindo. Que no llegue como un espacio que no me pertenece. Uno podría pensar, si lo decimos recuperando como el lado femenino dirías, es que me arropo y llego y tengo la necesidad de sentirme acogido. En el espacio masculino decimos de estar en mi espacio. Déjame pensar, pero es una pregunta, es interesante. De alguna forma creo que con el tiempo, ahí te va esto, a ver si nos sirve, con el tiempo, como de alguna forma mi trabajo es mentir, de alguna forma mi trabajo es mentir de forma muy verdadera, de alguna forma mi trabajo es crear personajes que no existen y prestarles este envase para que existan en un universo paralelo. me he ocupado y preocupado mucho en que mi mundo real, este, sí sea específico y lleno de detalles y cosas que me gustan para nunca perderme los otros. Entonces a este le crean raíces. A este le gustan, exacto, sin importar cuánto se mueva. A este le gustan las plantas, le gusta el arte, le gusta la bicicleta, le gusta su familia y procuro que esos detalles estén siempre muy presentes, por ende el temaan las plantas, le gusta el arte, le gusta la bicicleta, le gusta su familia. Y procuro que esos detalles estén siempre muy presentes, por ende, el tema de las plantas. Claro. Porque los otros empiezan a gustarle una cantidad de otras cosas con las que tengo que yo coexistir durante un tiempo y después las tengo que desechar. Ok, muy bien. Como la mayoría de personajes que me ofrecen no son precisamente muy empáticos y amigables no son muy empáticos y amigables es como que personifican que a mí curiosamente me dan me han contratado mucho para interpretar villanos maleantes asesinos luchadores guerreros también, ¿no? como los hombres más heridos del planeta sí, como lo más y es curioso porque de todas formas después siempre que en mi trabajo dicen, es que tú tienes una forma muy sensible de interpretarlo muy humana de interpretarlo claro, como que entras en la herida de esos hombres y se encarna esa violencia que tienen los hombres heridos, como si hubiera hombres no heridos, pero en fin, los más heridos. Me encanta que empecemos a hablar de hombres heridos, porque de alguna forma de eso se trata. ¿De alguna forma de eso se trata? Claro. Ajá. De que nosotros podamos decir, esos hombres violentos que encarnan la mayor posibilidad de acceder al poder, de llegar a mostrar esa masculinidad idealizada en este mundo patriarcal real y real, como queramos verlo, como queramos verlo, los encarnas y se nota en la forma en que los entiendes que estás mostrando cómo la herida se transforma en violencia. Exactamente, porque yo siempre creo esos personajes, me aproximo a ellos con el siguiente precepto, por así decirlo, y es que yo no lo puedo juzgar. Sin importar qué tanto se diferencie de mí, de mis principios, valores, moralidad, yo a ese personaje que estoy creando no lo puedo juzgar. Yo tengo que hacer un puente y crear una suerte de empatía con él para que sea de verdad, porque si yo lo creo desde acá, desde el ser humano que juzga a otro ser humano, no va a ser real, yo tengo que realmente poder hablar, caminar, sentir, vivir desde él, no desde mí. Claro, pero es que si lo juzgas, si lo juzgaras, aparecería el villano más real que juzga y se juzga. Cuando no lo juzgas, lo que haces posible es que se mire desde donde el que sea capaz de ver ocurre la violencia. Y es desde ese lugar donde el otro ha sido juzgado, maltratado y denuncia a través de cada acción violenta que está juzgando al otro como débil. Que el otro es una presa de dominación. Entonces, ahí hay un tema muy, muy interesante donde nosotros podemos pensar, ¿dónde comienza la realidad? ¿dónde comienza la ficción? ¿Qué hace la herida para construir esta realidad que lleva 75 siglos? O en los mitos, que arranca con Urano, que no admite el crecimiento de sus hijos, que termina siendo destronado por Cronos, y Cronos destronado por Zeus, pero no de cualquier manera, amenazados de muerte. Con un mito para los hombres y es que el único lugar donde deben estar es en el del tirano, pero es el lugar más amenazado, porque el siguiente, el otro hombre, el que puede quererme, también me va a destronar. Y entonces hay esta historia muy compleja para construir el lugar de un hombre en el mundo que es tengo que ser tirano tengo que mandar no puedo confiar en nadie ni en los hombres y las mujeres las mujeres las poderosas a las que yo tengo que dominar y de las que dependo y esa es una narrativa súper importante para construir el lugar del hombre. Entonces, estos villanos que tú logras traer al escenario y logras contar su historia desde el sitio amoroso de no juzgar, es muy impactante porque ayuda a que los demás descubran cuál es la realidad detrás del villano no había entiendo perfectamente lo que dices creo que no había profundizado tanto, o sea lo hacía un poquito por default como por esa cosa maravillosa que tienes tú que es que tu intuición a veces no necesita palabras. De pronto, como por un tema de, como yo le digo, como yo siempre digo que actuar es un ejercicio de empatía, ¿no? Claro. Entonces, entonces le decía, pero me sirve mucho, mucho lo que me dices porque siempre me ha llamado poderosamente la atención como la sociedad se divierte, se identifica, ama a los villanos de las películas, de las series, ¿no? Y no sé si es porque de alguna forma también ellos quisieran ser un poco así, quisieran... Yo creo que sí, o no sé si quisieran como querer, querer, querer. Pero el primer querer sí es entender qué hace, qué explica que el villano sea tan atractivo. Es Cronos, es Zeus, que hacen estas cosas espantosas que todos sabemos que hicieron, porque eran los dioses del Olimpo. Claro. Esta necesidad de hacer caminar el mundo de la mano de los villanos aceptables, pero del tirano. Son atractivos los tiranos. En el desarrollo de este mundo patriarcal, vamos a ponerle nombre. Yo tengo un amigo que dice que cada vez que digo patriarcal hablo de las diez plagas de Egipto. Y veinte años después de esa primera frase él me dice, ahora entiendo. mujeres viene de esta forma de pensar en la cual hay que dominar al otro y el otro cualquiera que él sea es mi futuro enemigo expliquemos patriarcado pero así como para mí fuerte a mí se expliquemos porque hablamos y hablamos y se habla del patriarcado y está muy en boga en este momento que se hable el patriarcado y el daño que ha hecho el patriarcado. Pero, ¿qué es el patriarcado? ¿Viene de estos mitos? ¿Cómo podríamos definir el patriarcado? ¡Ay, qué linda pregunta! El patriarcado viene de los mitos o los mitos explican el patriarcado. El patriarcado se configura, desde mi manera de ver, en cosas muy simples. y es los seres humanos, que somos manada y que éramos nómades. Vivíamos con reglas que se acomodan a ser nómades y que se acomodan a ser pocos, 100, 200. De repente, o no de repente, sino nos imaginemos que por las buenas razones, la humanidad comienza a hacerse sedentaria y a ser más de 100, 200 y a tener que habitar espacios fijos y a pensar en cómo organizarse, a cómo es que vamos a hacer para organizarnos. Y surge una sensación muy particular y es el nómade iba y cuando los recursos se hacían escasos en el sitio donde estaban, echaban al hombro sus cosas y vámonos, ahora se hacen escasas las cosas y nos quedamos. Y esa sensación de escasez que está producida por una ignorancia de los nómades de cómo conservar los recursos en el territorio que se habita, se convierte como en una interpretación de la vida. Se convierte en una sensación de, el mundo es escaso, ya no puedo vivir de lo que hay. Ese origen y esa sensación de escasez crea una emoción y es, estoy amenazado. ¿Por quién? Por esta condición de vida que he escogido pero no me doy cuenta porque soy ignorante pero no me doy cuenta básicamente porque ahora el mundo no es mi amigo es mi enemigo y en ese en ese estado de cosas hay que ir a buscar la casa más lejos, hay que acumular los bienes, hay que asegurarse de que esto que acumulamos no se nos pierda. Y entonces el forastero que pasa ya no es un amigo que recibo, comparto con él, es el enemigo. Que te puede quitar lo que tienes tu comunidad acumulado defender desde el miedo el acumulado y declarar enemigo al enemigo es como el corazón mismo, la pepa del patriarcado. Defenderme acumulado desde el miedo de otro en el que no puedo confiar. Esta narrativa básica, básica, comienza a convertirse en estructuras sociales que dicen, este es el más capaz de defender el acumulado de este grupo. ¿Cuál es el más capaz de defender el acumulado de un grupo? El más fuerte. Pues el más fuerte, o el que tenga menos hígados, al que ser villano no le cueste. Al que ser villano no le cueste. Al que ser villano no le cueste. Al que haya logrado no sentir, no llorar, no gemir, que no tenga, digamos como, acabo de producir dolor, qué pesar. No, no, no. No tengas remordimientos. No tengas remordimientos, nada. Claro, no hay miedos, no hay remordimientos. Chacas, zulu, y estamos hechos. Esta estabilidad va dando un lugar, un lugar que va a tener que tomar el hombre, no porque el hombre quiera, es porque hay una biología simple, las mujeres siguen teniendo crías, hijos, como queramos llamarlos, y producen oxitocina en el acto de la maternidad y del maternaje. La ternura nunca se va como experiencia vital en las mujeres. Y hay un tema de cuidado al que no pueden renunciar. ¿A quién le toca en esa comunidad asustada de que le quiten su acumulado renunciar a la ternura? Renunciar a los actos de cuidado y convertirse en guerrero. Al villano. Al que puede. Claro, al que puede convertirse en villano con las renuncias que incluye eso. Entonces nosotros comenzamos a tener, si lo miramos bien, esta historia fascinante, donde ese masculino comienza a tener que renunciarse a ser buen compañero, para poder ser el defensor del acumulado. Y estas otras que mantienen el acto de cuidado en el susto de que si el otro no es guerrero, les van a quitar también los hijos, les van a quitar el acumulado y no van a sobrevivir. Y la estructura social logra convertir estos roles que tienen que ver con la creencia de que el mundo es escaso en definiciones de masculino y femenino. Así que hombres y mujeres terminamos viviendo con esas definiciones de roles y alejados de nuestra esencia, de nuestro ser, de nuestra alma. Y fíjate que cuando tú dices yo encarno ese personaje desde no juzgarlo, tú lo que haces es saltar al comienzo de la historia y dejar notar en tu actuación que ese es un rol, que esa no es la esencia. Y entonces quienes te ven actuar o te vemos actuar, quedamos fascinados porque ahí hay un villano al que yo le puedo tener algo de empatía. Puedo sentir no solamente el horror de lo que hace, sino que hay algo que me dice que detrás hay un ser humano? ¿Hay un alma humana? Es un poco eso. No sé si esta explicación del patriarcado te... Me voló los tapones. A ver. Me voló los tapones porque ver me voló los tapones porque te fuiste al principio de los tiempos ajá y entonces hace mucho más sentido hace mucho más sentido porque lo que te digo, empezamos el patriarcado entonces uno piensa, claro, es una cosa que aparece mágicamente pero de alguna forma yo pensaba que tenía que ver un poco más con la época de la revolución industrial, pensaba que era algo un poco más reciente, pero claro, obviamente esto tiene que ver con el principio de los tiempos. Con el principio de los tiempos, con los imperios con el imperio egipcio ahora hemos visto todos éxodo lo hemos visto pues, o mucha gente patriarcado total, legítimo el que manda hace su voluntad acaba con los otros como sea pues fue la risa? pensando en eso en cómo porque la pregunta es finalmente a la que vamos y es el que manda el que tiene todo resuelto el que todo lo sabe el que toma todas las decisiones y de repente nos encontramos con esta realidad, con estas crisis, con esta crisis de la mediana edad de la que hablaremos, con estas crisis de identidad, con esas depresiones, con esas cosas de las que estamos empezando a hablar ahora. Entonces me estaba imaginando a todos estos emperadores llorando en su cuarto a solas con un miedo terrible de la vida. Claro, y encontrándose con el miedo si es que se encontraban y tomando decisiones como acabo con el mundo o me suicido yo, porque no puedo admitirme a mí mismo mi propia cobardía. admitirme a mí mismo mi propia cobardía. Sentir miedo es, en el código elegido para ser hombre en el mundo patriarcal, cobardía. Entonces, en estos códigos que se aprenden para los hombres y que son milenarios, es bonito porque pensamos que no, que es ahoritica, hace 500 años. No, no, no, no, no. Esto es 75 siglos. Sí, claro, lo que pasa es que antes uno decía, ah, bueno, es que la sociedad era machista. Pero es que la palabra patriarcado tiene un peso específico y una connotación completamente diferente a la de ser machista. Ah, claro, porque a nosotros nos parece que el machismo es como una cosa de rancheras, de música mexicana. Exacto. Sí, como que es el macho camacho, como que es el tipo ahí como medio simple, medio básico, que le gusta conquistar mujeres, pero no tiene un peso. No, no, no. Esto es más serio. Es que ese hombre, comillas, machista, sería despreciado por un patriarca que sabe que tiene que producir dinero, hacerse cargo de su familia, alimentar una tribu, cambiar de lugar una tribu, cambiar los límites de una nación, ampliar los dominios del imperio. Ese que es Alejandro Magno, o cualquier rey del medioevo, o cualquier emperador, sabe que tiene que hacer unas cosas muy serias que tienen que ver con todo eso micro y macro ¿qué pasó Juan Pablo? te estoy prestando mucha atención yo sé te estoy prestando mucha atención yo sé, yo sé, pero lo que pasa es que me da una curiosidad saber qué es eso que se está desenvolviendo en ti estoy viendo toda la película estoy repasando toda la película The Life of Brian en mi cabeza y obviamente pues creo que los artistas tenemos esa capacidad de visualización y imaginar y hacer como toda esa película y preguntarnos cómo sería esa película pero también aplicarla a nuestra propia vida y trato de una vez de empezar como a hacer ese merge. Como que lleguemos a hoy. No, realmente entre lo que me estás contando y mi propia historia. Ok. Porque a mí me gusta hablar desde la primera persona, no por un tema de egocentrismo, sino para tener la capacidad de decir, no, es que esto me pasa a mí. Yo te entiendo, yo te entiendo, mi personaje favorito para hablar soy yo. Claro, pero es que además aprendí hace poco, me encantó, hice un retiro para hombres, que después te contaré, pero fue un ejercicio muy bonito en donde ponían, bueno, ¿quién es la persona de las tres personas que más aman? Y la verdad es que nadie se ponía a sí mismo todos yo me puse a mi esposa a mis hijos tal y después un momento como el coach dice bueno y ustedes dónde están ustedes la persona con la que más conviven con la persona con la que más piensa con la que más hablan ustedes si no se quieren ustedes entonces como no poder querer a cualquier otra cualquier otra pero mira la maravilla de pregunta y de encuentro en esto que estamos conversando. Cuando tú dices, quiero que definamos qué es el patriarcado. Es esa estructura mental que hace que hombres y mujeres desaparezca nuestro yo. Y cuando nos preguntan a hombres y mujeres, ¿quién es la persona que usted más quiere? es un otro porque se necesita que desaparezcamos nosotros para poder jugar los roles por eso cuando tú decías el mundo real, el mundo virtual pero que interesante porque pareciera que entonces estamos hablando del ego pero no estamos hablando del ego, estamos hablando del yo se necesita que esos constructos sociales, ¿constructos es una palabra? Sí, sí, sí. Los constructos sociales realmente lo que nos están haciendo es que no nos queramos a nosotros mismos. Claro, porque si nos queremos a nosotros mismos, reconocemos la potencia de lo amoroso, nos damos cuenta que la escasez es un constructo milenario que hemos dado por verdad, que hay para todos. Se me puso la piel de gallina. Me encanta. Con el tema, claro, porque es que es esta creencia permanente de que estamos enfrentándonos a la escasez, alimentada hoy en día, multiplicada a la enésima potencia por las redes sociales. Y por la cantidad de personas que somos hoy. Porque esa ternura que acaba de surgir en ti, de darnos cuenta de eso, uno puede decir, hace 5. mil años o 75 siglos, hablar de la escasez era verdadero delirio. Claro, el territorio estaba definido más chiquito. Hoy día somos muchos y uno podría decir, es que si no alcanza, pero la verdad es que Entonces sí podemos administrarnos de tal manera que convivamos, progresemos, tengamos plenitud. De pronto no seamos multimillonarios, pero la diferencia entre ser multimillonarios y tener plenitud, tener confianza en la vida, tener confianza en que puedo conversar contigo y si nos declaramos amistad, es amistad dura. Y no nos declaramos amistad y luego con cinismo decir, ay, esa persona habla mal de mí. ¿Por qué? Qué raro, no le echo ningún favor. Sí. Pero nos han enseñado a vivir con esa sensación de escasez, pero no solamente de lo físico, lo material, sino también de lo emocional. Pero claro. Tu mamá se va a morir, tu papá se va a morir, el amor se va a acabar. Pero sobre todo más fuerte, el amor. Eso es un cuento de niños. No existe. No puedes confiar en nadie. Todas estas distorsiones que hay sobre la escasez del amor, la escasez del aprecio. ¿Por qué? Porque la herramienta es esa que tú dijiste ahorita, lo que te muestra ese coach en el retiro. ¿por qué no eres tú la persona, la primera persona del verbo amar? Mucho más grave, está prohibido ser la primera persona del verbo amar, eso se llama ser egoísta, eso no se llama autoaprecio, reconocimiento de mi ser. No, se llama egoísmo. Y está prohibido. Está muy mal visto. Muy mal visto. ¿Cómo empezamos a cambiar el paradigma? ¿Cómo cambiamos ese mito, esa historia? Pues lo primero es lo que estamos haciendo. Te quiero contar que esto que estamos haciendo es semilla lo estamos conversando nos estamos sintiendo comprometidos estás emocionándote yo le he dedicado mi vida a eso a tener miles de conversaciones a través de estos 50 años de práctica profesional. ¿Solamente? Solamente, ¿cómo te parece? Solamente, pero lo que pasa es que estoy bien conservada, pero no importa. Pues me da una admiración, o sea, me parece bellísimo. Le he dedicado mi vida conscientemente a esto, a que en cada conversación podamos abandonar la necesidad de tener razón, la necesidad de tener una mejor idea que el del frente, la necesidad de mostrarle al otro que yo o sé más, o soy más, o tengo más, o la vergüenza de que tengo menos, y sentirse la vergüenza de que tengo menos y sentirse ilegítimo porque no tengo tanto como el otro. Todas estas pequeñas cambios en las emociones nos van dando un nuevo mundo. Cuestionamientos importantes como que tú asistas a un taller para hombres donde se vale preguntarse ¿por qué no me estoy queriendo yo de primero? Donde se vale preguntarse ¿cuál es mi herida? Además llevamos un buen tiempo de práctica de las mujeres feministas con todas las críticas que les puedan hacer y con todo lo que les debemos, a este movimiento que puso en primera plana los derechos de las mujeres. Y tenía que hacerlo. Sin duda. ¿Para qué hoy los hombres digan, ay, y los nuestros? Nosotros nos hemos sentido amenazados porque es que estas mujeres dicen que nosotros somos los que tenemos el poder. No, hemos luchado por el poder, hombres y mujeres. Pero ahora estamos despertando a la sensación de vale la pena vivir persiguiendo el poder sobre el otro, en lugar de comenzar a vivir en el poder con el otro. en el poder con el otro y entonces esa diferencia que hace entre vivir en el poder sobre el otro o vivir en el poder con el otro que esto que hay entre tú y yo sea un vínculo que construya, que los demás nos vean conversar y sepan que esta conversación entre tú y yo, es entre tú y yo no es entre dos personajes es entre dos personas eso cambia el paradigma que tú te emociones, que yo me emocione que digamos, sí vamos a hacerlo y arrancamos porque un un hombre en sus 40 años, exitoso laboralmente, saludable, bien casado, con hijos sanos, con un trabajo apasionante, con la posibilidad de viajar, de conocer el mundo, posibilidad de viajar, de conocer el mundo, viviendo una vida muy bonita, de repente se encuentra atorado con una crisis de la mediana edad, con una crisis existencial. ¿Por qué? Porque si supuestamente todo lo que nos dicen que necesitamos para ser felices está conseguido, de repente no se siente así. Imagínate lo impactante de tu descripción, un hombre bien casado, con una familia bonita, con unos hijos sanos, con unos ingresos importantes, con la posibilidad de viajar. O sea, ese hombre le cumplió a la sociedad. Él es lo que la sociedad quiere que él sea. Y él de repente tiene una bendición y es que por cualquier razón, de pronto algo le hace preguntarse, ¿qué soy? ¿Yo qué estoy haciendo? preguntarse, ¿qué soy? ¿Yo qué estoy haciendo? Yo elegí todo esto, luché por todo esto, es más, sin elegirlo, he logrado esta vida maravillosa, este matrimonio encantador que funciona como tiene que funcionar, ella hace lo que corresponde, es bonita, es linda, mide lo que tiene que medir, mis hijos están bien peinados, sacan buenas notas. Esta cosa tan maravillosa es lo que se quiere de mí. Y de pronto, como el Buda, se asoma por detrás de las murallas del castillo y ve, ve el hambre, ve el dolor, de pronto, o de pronto simplemente se sienta frente a eso y dice, no me significa, está bendecido, entra en el sitio más maravilloso que un ser humano puede entrar en la vida, no puede entrar en la vida, que es entrar en un momento de crisis. Interesante que tú le pongas 40, 45, 50, por ahí, porque es el momento donde la biología comienza a decirle a la gente, amaneció con un dolor, y le están saliendo canas, tiene arrugas que no tenía? Ya no hace la cantidad de ejercicio que hacía, sino que se cansa. La biología le dice, usted está en decadencia. Usted ya no puede más. Usted tiene que buscar algo por donde construirse distinto. Todas estas cosas pueden pasar, y repito, es bendecido. Y se comienza a preguntar por lo que ha hecho. ¿O sea que podríamos decir que una crisis es un cuestionamiento? Una crisis resulta del enfrentamiento, si lo podemos decir así, del alma con la programación social. Un enfrentamiento del alma con la programación social. Sí, del ser. Me lo guardo acá. Espectacular. Sí. Ajá. Entonces, tenemos estos dos ahí en el escenario el alma y la programación social y yo que todavía no sé que me quiero, mirando esta pelea entre eso que yo tenía que ser y ya soy y lo que mi alma me está diciendo ¿te has derretido de ternura? ¿sabes que adentro tienes un cocinero? ¿O que adentro tienes un carpintero? ¿Te has preguntado, esta persona tan maravillosa que vive junto a ti tiene angustia? ¿Está satisfecha? ¿Quisiera algo más? Estos niños tan bien peinaditos, ¿quieren estar en ese colegio? Y que los maestros les digan permanentemente que no son suficiente, que no han sacado las mejores notas del mundo, que el niño del curso de arriba les hace bullying y les dice cosas desagradables, pero ellos tienen que aguantar. Que esa chiquita tan encantadora a los nueve años ya duda de si es bonita o no, si es suficientemente delgada o no. ¿Qué está pasando en esa vida maravillosa? ¿Y él qué está haciendo con eso? ¿Cuántos hombres que han cumplido se encuentran en su lecho de muerte sintiendo y pensando que no pasaron suficiente tiempo con sus hijos? Porque estaban trabajando, que los sacaron adelante pero no los conocieron, que cuando su hijo se cayó y lloró le dijo levántate, no fue nada, pasa por ahí, que cuando su hija tuvo la primera decepción amorosa, le dijeron, no importa, ese tipo no valía la pena, pero ¿y tu dolor no vale la pena? Pues que el tipo no, pero ¿y el dolor que estás sintiendo? Es que no te valoras, por eso estás llorando. Es que no te valoras, por eso estás llorando. ¿Cuántas de esas pequeñas cosas este hombre que se encuentra en la cima de su éxito y del cumplimiento del rol social, de pronto mira y las ve y se encuentra? Ese, ¿qué fue? No, que podría decirte que ese hombre soy yo pero ese hombre somos todos me cuesta mucho hoy en día no me cuesta pero no son las palabras pero creo que todos los hombres con los que hablo de mi edad o similar se encuentran pasando por momentos de profundos cuestionamientos en su vida imagínate la maravilla de momento histórico que estamos viviendo, donde hay hombres con los que tú hablas y se encuentran cuestionándose. Yo oigo historias en las que me dicen, no, todos los hombres con los que hablamos no nos cuestionamos esas cosas. Esos son cuestionamientos que se hacen las mujeres. Los hombres, no, los hombres seguimos para adelante. También tengo un par de esos. Y estos que nos cuestionamos, que tenemos esas preguntas, ¿qué herramientas tenemos? ¿Cuál es el primer paso? ¿Dónde empiezan esas respuestas? Imagínate que tú mismo en esta conversación estás encontrando que esos son, tal vez no tu primer paso, pero esto es parte de tu primera caminada, llamémoslo así, porque yo no me atrevería a pensar que los dos estamos conversando esto, es tu primer paso. No, no, no, eso no funciona así, pero precisamente hay, por ejemplo, el ser actor de la manera que tú eres actor es todo un paradigma. Seguramente cuando tomaste la decisión de ser actor, hubo muchas personas en tu entorno que te dijeron, a ver. Muchísimas. ¿Usted qué va a vivir? Mi padre el primero. Pero lógico, lógico. Y la gente tiene esas ideas. Yo tuve un consultante hombre que quería que trabajara con su hija porque su hija quería ser psicóloga. Y de frente a mí me dijo, María Antonieta, explícale a mi hija que si uno es psicólogo no tiene con qué vivir yo oh qué maravilla yo decía realmente este personaje se está dando cuenta de lo que está pasando este personaje se da cuenta que frente a él hay una mujer que ha hecho la misma elección que su hija. Oye, no piensen que esto es parte de la entrevista, ¿no? Hay un ruido, claramente están construyendo algo al lado, pero me encanta que no pierdes el hilo, eres muy profesional. Es que fíjate que esta parte es bonita, porque si nosotros estamos todo el tiempo pensando que todo debe ser perfecto, nunca podemos hacer nada. Y hace mucho rato que entendí que convivir con el obstáculo y mantenernos centrado es la clave de poder ser dueños de nosotros mismos. Qué bello. centrado es la clave de poder ser dueños de nosotros mismos entonces el obstáculo bienvenido porque nos ayuda y nos permitió además hablar esto pero estabas preguntando por los primeros pasos si, pero tengo una pregunta para ti más importante son las 9 y media y yo te había prometido soltarte a las 9 y media ¿cuánto tiempo más tienes? porque tenemos diez minutos más diez minutos más ok, entonces cerramos con unas cuantas herramientas y le hacemos una segunda parte después al porque creo que te vamos a tener muchas segunda, tercera, cuarta, quinta me encanta me encanta que esto más que una gota comience a ser un río me gusta exactamente entonces entonces herramientas unos pasos como para ese hombre que se empieza a hacer esas preguntas. Y digo hombre simplemente porque es un espacio... Porque estamos hablando de los hombres. Sí, este espacio, digamos, fue creado con inquietudes hacia la salud mental masculina en principio, que como veremos, pues involucra la salud mental de todos, pero como para esos hombres que sienten eso. No, pero hay una cosa linda que sí tenemos que entender. Y es que entendiendo las cosas como un proceso, en este punto del proceso de la reconstrucción del futuro de la humanidad, con la esperanza, porque yo soy una persona de esperanzas, yo creo que la crisis climática la vamos a superar y que vamos a sobrevivir. Yo también. Y que vamos a sobrevivir. Yo también. Y que vamos a sobrevivir. Ok, en este momento del proceso donde las mujeres han hecho todo un trabajo para recuperar fuerzas, corajes, poderes, voz, los hombres también. también porque el silencio de los hombres frente a sus propias emociones frente a sus propias vulnerabilidades frente a sus duelos frente a lo que un ser humano siente permanentemente ese silencio es su herida y los hombres heridos no tienen futuro los hombres heridos no tienen futuro. Los hombres heridos no tienen futuro. Apuntemos esa nota, por favor. Entonces, recuperar la voz del hombre. Recuperar la posibilidad de decir, sí, estoy asustado. Y claro, yo tengo que decir, fuera miedo, vamos para adelante. De pronto una anécdota, pero no sé si tiene que ver igual yo fui educada por un hombre que nació en 1902 en boyacá entonces ya no tenemos que decir mucho más atractivo querido lo que tú quieras y estaba muy seguro de que él quería que yo no fuera víctima de hombres como él. Y él me lo decía con claridad. Yo conozco a los hombres porque yo soy hombre. Y una de las cosas que él insistía era en que yo no tuviera miedo. Pero no me educaba para que no tuviera miedo desde la frase comprensiva. Esto era como que tener miedo era un prohibido. Así que yo tengo 7 u 8 años, hay una cabalgata, yo nunca me he montado en un caballo, he sido una niña de ciudad. Él, en su juventud y en su infancia, tuvo grandes fincas, haciendas, creo que aprendió a montar a caballo primero que a caminar. Me monta en un caballo y me dice, monte. Y yo le digo, ¿y qué hago? Y me dice, montar. Y yo le digo, me da miedo. Y me dice, ¿de qué? el miedo no existe tú no sabes las ampollas con las que llegué después de un día de cabalgata con otros niños y niñas que sí sabían montar afortunadamente no sé yo le caí en gracia a algún muchacho, a algún chico de esa cabalgata, y él agarró las riendas. Y se llevó el caballo. Con toda la vergüenza que mi papá pudiera sentir después de eso, porque yo no había sido capaz. O sea, a mí hay una partecita mía que viene de la educación con mi papá, que trató de ponerme algunos valores que son inherentes a la masculinidad. Y uno de esos era, no se siente miedo. No es una posibilidad. Él no tenía miedo. Yo creo que tenía mucho miedo. Yo creo que tenía mucho miedo yo creo que tenía mucho miedo mucho, mucho miedo de muchas cosas pero él podía relatar miles de historias donde aparentemente no tenía un gran sentido del humor lo que fuera pero esta historia la traigo porque es que asumir la experiencia de miedo que se siente acá es uno de los primeros de las primeras herramientas respirar el miedo sentirlo hacernos amigos de nuestro propio miedo es uno de los primeros pasos para que un hombre tenga voz sobre el impacto que el mundo tiene en él. Y ahí comenzamos el cambio. Nuestra primera herramienta. Me gusta. Gracias. A ti. Gracias porque es la primera de muchas. Me alegra mucho. Este es un camino que quería recorrer. 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